Nuestro trabajo al lado de quienes más sufren, nos dotan de un bagaje muy amplio, en el que hemos podido observar cómo, muchas veces, lo que más se necesita es ser escuchado. En muchas de nuestras experiencias de acogida, observamos que prestar acompañamiento emocional al primer contacto resulta fundamental para establecer un buen vínculo con nuestros usuarios.
En su mayoría, hablamos de personas muy vulnerables: han sido despojadas de cosas muy importantes en sus vidas y han pasado por procesos más o menos graves de aislamiento y soledad. Empatizar con ellas, darle tiempo para comunicarse libremente ayudándola a liberarse y a descargar parte de su tristeza, requiere de mucha generosidad.
Nuestros voluntarios y trabajadores son conscientes de la importancia de este saber escuchar y conocen el poder curativo de esta herramienta, al alcance de todos. Muchas veces, lo más valioso que podemos donar no es nada material.