2015 ha sido un año muy especial en Cáritas Diocesana Córdoba. Hemos cumplido 50 años de pura vida, conformando una trayectoria llena de proyectos realizados y motivos para dar las gracias. No hemos dejado de crecer, de incorporar programas, personas y buenas experiencias con cada año de labor. Sin duda, y a pesar de los escollos, podemos resumir este medio siglo diciendo que el viento sopló a nuestro favor en este hermoso ministerio de servir desde la Iglesia a los últimos y no atendidos.
A pesar de todos estos motivos para el optimismo, el agradecimiento y la celebración, no podemos dejar de pensar en que siguen siendo demasiados nuestros hermanos que llaman a la puerta en busca de una posibilidad que les ayude a mejorar su situación, desde la acogida y el acompañamiento cercano, ofreciendo la caricia de Dios que sana todas las heridas. Queremos, por tanto, celebrar, pero hacerlo teniendo en cuenta que siguen necesitándonos y seguimos necesitando de vuestra colaboración y apoyo para perpetuar este círculo de ayuda.
Finalizamos un año que supone medio siglo de vida y queríamos hacerlo con un enorme GRACIAS. Gracias a Dios y a todos vosotros por vuestra solidaridad, sin la que este latir de corazón habría parado hace tiempo.