Las cuestiones educacionales han relegado, históricamente, a las mujeres a ejercer los llamados trabajos reproductivos, entendidos como aquellos necesarios para el sostenimiento de la vida (alimentación, cuidados físicos, sanitarios y afectivos…). Una hermosa e importantísima labor que, desgraciadamente goza de escaso o nulo reconocimiento social, frente al trabajo productivo que, tradicionalmente es realizado por el hombre.
Desde Cáritas, nos sentimos emparentados con esta labor de generosidad y cuidado sin la que nada sería posible, vínculo que se ve reforzado con la certeza de que las mujeres son personas con circunstancia sociales que las hacen más vulnerables y proclives a la desigualdad. Desde nuestra institución queremos apoyar su labor, reconocerla, agradecerla y recordar que es en el esfuerzo de las mujeres por cuidar y atender las necesidades de los más cercanos, donde reside la noción de solidaridad en las sociedades.
Debemos contagiarnos de este amor por lo próximo y empatizar con quienes nos necesitan, dedicar parte de nuestro tiempo a colaborar en las mejora de los demás: es parte de nuestra misión. Contágiate de esa energía.
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