Cáritas en la Diócesis de Córdoba ha posibilitado que 200.000 personaspuedan afrontar con esperanza estos tiempos difíciles. Todo ello ha supuesto una aportación económica total de 6.609.785 €. Las demandas de ayudas recibidas durante el pasado año 2013 en toda la Diócesis se han visto duplicadas con respecto al año anterior.
UNA POBREZA MÁS PROFUNDA Y CRÓNICA
El análisis presentado por Cáritas muestra de manera contundente la dimensión de los efectos sociales de la crisis en las personas más vulnerables. Los datos indican que el proceso de empobrecimiento se ha profundizado en extensión e intensidad. Un gran porcentaje de familias atendidas llevan más de tres años demandando ayuda de Cáritas. El empeoramiento de la situación de estas personas responde al desempleo sostenido y el consecuente endeudamiento de las familias.
Junto con el fenómeno de feminización de la pobreza destaca el elevado número de desempleados de larga duración. Numerosas parejas jóvenes (entre 20 a 40 años de edad) con hijos se han visto también muy afectadas, así como mujeres solas con familiares a su cargo.
DESDE LAS CÁRITAS PARROQUIALES DE LA DIÓCESIS
Las 167 Parroquias de nuestra Diócesis en las que está presente Cáritas realizan un servicio de ayuda cercana y urgente a las personas más vulnerables. Es la propia comunidad la que ofrece una respuesta ágil, directa y fraterna a quienes padecen los peores efectos de la crisis.
Durante este año se han duplicado el número de personas atendidas en los servicios de acogida y atención primaria de las Cáritas Parroquiales, que ha pasado de 128.000 personas en 2012 a 189.000 en 2013.
Entre las necesidades básicas más demandadas destacan las ayudas económicas y en especie para alimentación, con casi 144.000 personas, seguidas de ayudas económicas para el pago de suministros (luz, agua, gas…) y gastos sanitarios (farmacia), así como ayudas para vivienda, desplazamientos, material escolar…
El gasto en ayudas económicas a las personas y familias destinados por las Cáritas Parroquiales a través de sus servicios de acogida y asistencia han alcanzado 1.150.000 € que provienen en su totalidad de la comunidad cristiana.
DESDE LOS SERVICIOS GENERALES DE CÁRITAS DIOCESANA
Durante el 2013, Cáritas llevó a cabo importantes inversiones y actuaciones con el objetivo de reforzar y mejorar la formación y las actividades desarrolladas en el ámbito de la inserción por el empleo. La empresa de inserción Solemccor es prueba de la apuesta de Cáritas por mantener y reforzar el empleo en sus distintas líneas de reciclaje: recogida de papel-cartón y textil. Asimismo, el servicio de ayuda a domicilio permite la contratación de auxiliares para atender a personas mayores y discapacitadas. Los programas de empleo de Cáritas han hecho posible la contratación de 91 personas en riesgo de exclusión social.
Las personas son el principio y fundamento de nuestra presencia en el campo de lo social. Durante el 2013 se han ayudado a 10.310 personas, manteniendo un trabajo de acogida, de acompañamiento y de inserción social a familias y mujeres, en la asistencia a personas mayores y discapacitadas, a enfermos de V.I.H. o desde el programa de atención a personas sin hogar en sus distintos recursos: UVI Social, ala de baja exigencia, pisos de acogida a reclusos, enfermos y jóvenes, Hogar-Residencia “San Pablo” y Casa de Acogida “Madre del Redentor”.
MANIFIESTO CORPUS CHRISTI 2014
Son muchas cosas las que oscurecen la esperanza de multitud de personas en nuestra sociedad: el paro, la pobreza, la pérdida de derechos, la falta de ayudas, la exclusión, el desamparo, la falta de futuro…
Desde Cáritas queremos animar a construir y potenciar lo comunitario, porque éste es el único camino de humanización y de esperanza para incidir en todo aquello que atenta contra los derechos de las personas. Construir comunidades, grupos humanos solidarios, donde todos están vinculados los unos a los otros, porque sienten que la suerte que pueda correr su prójimo es su misma suerte; lo que a él le ocurre, a mí me ocurre. (Cfr. Hch 4,32-35)
Son ya muchas las personas y grupos que están comprometidos con el bien de su prójimo. Gracias a ellos, otro mundo nuevo ya está abriéndose paso aquí y ahora. Ellos son signos de esperanza.
Desde Cáritas queremos proponer a la ciudadanía y a todos los que estamos aquí, hacer posible que nuestras comunidades y grupos sean lugares de acogida y fraternidad, donde las personas sean capaces de vivir y convivir juntas, donde seamos capaces de crear espacios comunitarios, solidarios y proféticos que hagan realidad otro mundo posible, otra forma de relacionarse y convivir desde valores como la generosidad, la solidaridad, el espíritu de cooperación y participación, la justicia y la gratuidad. Una comunidad, un grupo humano, que viva y conviva así, será una comunidad de esperanza contagiadora de Esperanza.