Si en noticias anteriores retratábamos la multitud de factores que llevan a la exclusión social y la situación de “sin hogar”, ésta queremos hablar de una de las razones siempre presentes, y mayoritariamente detonante de la situaciones de urgencia social: el paro.
En nuestro afán por hacer ver la vertiente más humana y afectiva de estas problemáticas, queremos dejar patente que la pérdida del puesto de trabajo conlleva graves carencias a todos los niveles: económicas, sociales y afectivas. Superarlas es tarea difícil ya que el trabajo que realizamos nos define ante los demás, al perderlo nuestra identidad se ve distorsionada socialmente. La permanencia continuada en una situación de paro, conlleva un deterioro del estado psicológico que, si no se palia, conduce al aislamiento y la posterior exclusión social. Es un terrible padecimiento que no por común resulta menos doloroso.
En Cáritas consideramos que procurar la inserción laboral de las personas más necesitadas es la puerta que les lleva a iniciar una andadura más amable y luminosa. Hemos empleado grandes esfuerzos en conseguir un Servicio de Inserción integral: contamos con planes de formación y empresas de economía social hacia las que remitir a aquellos que carecen de oportunidades laborales y así, recuperarlos definitivamente para nuestra comunidad. No podremos considerarnos satisfechos hasta que todos seamos parte activa la sociedad: contamos con todos.