Las personas sin hogar representan, en la actualidad, uno de los casos más preocupantes de exclusión social en el llamado “primer mundo”. Su problemática es derivada de un complejo cúmulo de factores, no sólo económicos, sino, sobre todo, sociales, sanitarios y psicológicos.
En Cáritas, advertimos, desde un principio, que era parte fundamental de nuestros cometidos el de ayudar a la mejora de estas personas, abordando integralmente su situación, sin perder de vista que la carencia de un hogar supone también estar privado de ayuda y afecto. Socialmente, hablamos de personas que viven al margen de la comunidad, que no cuentan para ella y que no pueden contar con los servicios y garantías afectivas, de integración que definen cualquier existencia. Recuperarlas, devolverlas a nuestro seno, demostrando que estamos en una sociedad solidaria y preocupada por todos sus integrantes, es una meta del Servicio de Acogida y Acompañamiento articulado desde Cáritas.
Consideramos que hay pocas labores más importantes y que tengan mayor eco social que procurar una mínima atención, recursos y afecto a todos sus integrantes. Devolver la ilusión y la confianza a quienes menos tienen es la mejor de las tareas. Colabora para seguir llevándola a cabo.